miércoles, 12 de octubre de 2011


A menudo buscamos la libertad, la rebelión, buscamos la evasión del día a día, buscamos una vía de escape, una carretera secundaria, un modo de desahogo, creamos nuestro propio agujero y gritamos dentro de el hasta que las paredes empiezan a agrietarse y demuestran que ,aunque parezca que no, el tiempo pasa. Nos hacemos mayores, crecemos, aprendemos a pensar, a decidir por nosotros mismos, a ser un poquito nosotros mismos, a no mentir, empezamos a pensar, este es mi agujero, son mis cuatro paredes es mi espacio, mi zona, aquí puedo ser yo, aquí dejo de fingir y empiezo a pensar, a replantearme las cosas, empiezo a arrepentirme de lo que he echo mal y a sentirme orgullosa de lo que he echo bien. Mi agujero no es que sea muy bonito, tiene poca ventilación, pero mucha luz, lo comparto con mi reflejo, con mis recuerdos y con mis pensamientos más privados, las paredes son azules,y están llenas de frases, frases de películas, de filósofos,de escritores, de libros,frases que me han gustado y que nunca he olvidado. Mi agujero no tiene puerta, y por tanto no se necesita llave, se entra por la ventana y se sale por la pared izquierda. Mi agujero es mi método, mi salida, es mi rincón favorito de Madrid, mi País de las Maravillas, algún día os presentaré al conejo blanco, seguro que os cae bien.  
¿Quién soy en el mundo? Ese es el gran rompecabezas              

 FyA

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